Esta es otra de las interpretaciones más erradas que muchos creyentes hacen de las Escrituras y quizás, es también una de las interpretaciones que más divide a la Fe Cristiana en el presente.
 
La respuesta a esta “confusión moderna” la  podemos leer claramente en el Evangelio de Mateo, escrito hace más de  2000 años.
 
17 No piensen que he venido a anular la ley o los profetas;
no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.
18 Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra
ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.
NT Mateo 5:17-18
La obsesión al seguimiento literal de las Escrituras de parte de los religiosos legalistas en aquel tiempo, como también ahora, los vuelve ciegos, y no comprenden que es más importante el Amor a Dios y al prójimo que cumplir con estatutos, ritos y regulaciones.
 
Debido a que el Evangelio de Jesús no es un “pacto de regulaciones”, los religiosos (fariseos y saduceos) utilizaron esta causa para acusar a Jesús de que su mensaje no “era bíblico” y violaba la “Ley Mosaica”, sin embargo Cristo claramente les señala que su terquedad no los hace entender:
 
39 Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece
que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí;
40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
NT Juan 5:39-40
Los judíos habían dejado al lado la parte moral del “Pacto” y se enfocaban en sólo cumplir reglas o mandamientos al pie de la letra nada más, en esos días, una persona era considerada “fiel a Dios” sí cumplía con las reglas alimenticias, el sábado, en otras palabras: ritos, la compasión y el amor a otros era secundario.
 
En contraste el mensaje de Jesús no predicaba reglas ni doctrinas, sino una forma muy simple de vivir: Con amor, compasión, tolerancia y perdón al prójimo, sin ningún tipo de condiciones.
 38 »Oísteis que fue dicho: “Ojo por ojo y diente por diente”.
39Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera
que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
40al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
41a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.
NT Mateo 5:38-42, Lucas 6.27-30
Obviamente, este Evangelio incomodaba terriblemente a los sacerdotes Judíos quienes demandaban de los creyentes una observación y cumplimiento estricto de la ley Mosaica. AT Éxodo 21:24-25
 
Lamentablemente de esta misma manera se comportan en el presente muchos cristianos, ignorando también lo mas importante del Evangelio de Cristo; ese mensaje que encontramos una y otra vez en sus Enseñanzas, y que es el amor incondicional a Dios y al Prójimo, una observancia que cumple con todos los mandamientos y que como Cristo aclara: están sobre la ley (La Biblia) y los profetas.
 
36 –Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la Ley?
37Jesús le dijo: –“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente”.
38Este es el primero y grande mandamiento.
39Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
NT Mateo 22:34-40, Marcos 12.28-34
La Polémica sobre la observancia de la Ley
 
Cerca del año 50 después de Cristo, el movimiento de Jesús se había dividido varios grupos, siendo los dos más importantes los Nazarenos (Israel), compuesto por los Apóstoles y sus seguidores los cuales eran todos judíos, el otro grupo eran los Cristianos, localizados en Asia Menor (hoy Turquía) y Grecia, este grupo era y liderado por Pablo de Tarsoy compuesto en su mayoría por gentiles (no judíos) que, debido a ese motivo; No observaban la Ley Mosaica.
 
La controversia sobre la observancia a La Ley, no sólo se había convertido en una de las polémicas mas graves entre los seguidores de Jesús, sino también, ya había creado serias disputas entre amigos muy cercanos, como e caso de los Apóstoles Pedro y Pablo, como lo podemos leer en el suceso llamado por teólogos: “El incidente en Antioquía”.
 
Este desacuerdo sucedió muchos años después de la Crucifixión de Jesús, donde Pabloreprende a Pedro en Antioquía (hoy Turquía), por ponerse de acuerdo a los Nazarenos que reprochaban a los Gentiles (Cristianos) por no observar la Ley, este “incidente” está documentado en NT Gálatas 2:11-21.
 
Algunos de estos discordancias se pueden sentir en las palabras de Pablo cuando se refiere a los judíos como “los de la circuncisión”, (Hechos 10:45), y también cuando Tito se ve forzado a ser circuncidado. NT Gálatas 2:3
 
Según Pablo, los gentiles eran amenazados por los Nazarenos, quienes les reprochaban diciéndoles: “Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés no podéis ser salvos (Seguidores de Cristo)”. NT Hechos 15:1
 
La Biblia también relata en el libro de Hechos que esas controversias provocaron un altercado y un serio debate entre Pablo (Gentiles) y los Nazarenos quienes fueron los seguidores originales de Cristo (Judíos), debido a eso Pablo, Bernabé y otros “subieran a Jerusalén” para reunirse con ellos y obispos (ancianos) para solucionar esta cuestión. NT Hechos 15:2
 
Esta reunión es conocida por teólogos ahora como el Concilio de Jerusalén, aquí los Nazarenos y el Apóstol Pablo llegan al acuerdo que permite a Gentiles seguir a Cristo “sin cumplir con la ley” para que: “No se inquiete a los gentiles”, y puedan ser parte del Reino de Dios (del Nuevo Pacto). NT Hechos 15:19-21
 
Este acuerdo fue establecido para el beneficio de los Gentiles nada más, y no incluye a judíos (Apóstoles y cristianos hebreos).
 
Obviamente ninguna forma significa la abolición de la Ley, como muchos lo interpretan así, en otras palabras este acuerdo es simplemente un beneficio establecido por los Apóstoles solamente para gentiles, los seguidores de Cristo (Judíos) continuaron cumpliendo la ley.

NOTA: No es nuestra intención desmentir, contradecir o rechazar a alguna denominación cristiana o persona, sino simplemente recordarle al creyente que Cristo vino a predicar un solo Evangelio: Amar a Dios y al prójimo; Nada más. NT Mateo 22:34-40

De ninguna forma Dios el Padre, Cristo o la Biblia requieren que sus seguidores cumplan con otras cosas; así lo declara Cristo. NT Juan 21:14

 
 
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